Data desde siglo VIII hasta el siglo XV. Se desarrolló en gran parte de la península ibérica. Se usaron las torres y el agua, en donde las torres eran miradores mientras que el agua recorría los jardines. Este tipo de arquitectura dio origen a las mezquitas, que son lugares de culto y oración, y a los baños (hamam) cuyo fin era higiénico y religioso.
En cuanto a la decoración, se dieron juegos de luz y color en donde predominaban las repeticiones geométricas. Utilizaban técnicas como la cerámica, el yeso y la escayola.